testimonios

Adela Gallardo, 59 años, Valencia.

Mi vida ha sido un desastre desde muy joven. Siempre enferma, en un ir y venir por médicos hasta que después de más de tres décadas me diagnostican tres síndromes compresivos vasculares. Qué ilusión, por fin le ponía nombre a mis enfermedades y creía que todo se solucionaría. Qué ilusa, continuó con nuevas intervenciones quirúrgicas, muchas de ellas me empeoraron notablemente. A día de hoy poco o nada me pueden solucionar, aunque he de seguir luchando contra todos los organismos que consideran que puedo hacer una vida normal, lejos de la pura realidad que sufrimos con este tipo de enfermedades.