Tengo síndrome de cascanueces pero estoy operada desde hace 4 años con bypass en la vena renal.
Mi diagnóstico fue bastante casual, en 2018 llevaba tiempo con dolor en las piernas. Tanto que había noches que me metía llorando en la cama porque no sabía ni dónde ponerlas.
Tengo que decir que soy autónoma , peluquera y paso muchas horas de pie. Estos dolores se agravaban en verano pero siempre pensé que era algo normal por mi trabajo. Mi médico de cabecera no me daba mucha solución, más que poner las piernas en alto, duchas de agua fría y medias de compresión.
Decidí probar en el privado puesto que hacía un par de años que me había hecho el seguro… Ahí el vascular me diagnosticó síndrome de cascanueces después de realizarme un angiotac, pero tampoco le dio mucha importancia ni yo sabía de lo que me estaba hablando.
A finales de 2019 comencé con dolor lumbar, nunca fue incapacitante pero sí bastante molesto.
El médico de cabecera solo se dedicaba a hacerme test de orina donde salía hematuria, pero tampoco me dio solución ninguna.
Solicité cita con el nefrólogo de la privada y me sugirió hacer pruebas junto con el vascular para asegurarnos que todo venía por el síndrome. Se paralizó todo por el tema COVID, así que hasta finales de 2020 no comencé con las pruebas y en enero de 2021 recibí una llamada del vascular contándome que se había reunido el equipo y habían valorado que la mejor opción era la operación puesto que podría verse comprometido el riñón por la estenosis (ya tenía más de un 70%) y necrosarse.
Tampoco tuve más opciones ni ninguna información sobre la operación. Empecé a buscar a través de internet y redes sociales y di con un grupo relacionado con el síndrome de cascanueces, donde leí casos realmente graves y empecé a ser consciente de lo que realmente me pasaba. En marzo me operaron, transposición de la vena renal con bypass , fue una recuperación bastante dura pero el dolor lumbar desapareció desde el primer momento. A las 5 semanas ya estaba trabajando (soy autónoma y no me quedaba otra) y día a día notaba como avanzaba mi recuperación.
Hoy por hoy hago una vida totalmente normal. Sigo trabajando en mi peluquería, paso bastantes horas de pie, puedo hacer ejercicio, gimnasio, pilates, spinning...
Sigo con mis revisiones anuales, rezando para que todo siga como está y el bypass no se trombose. No sé qué pasará en un futuro, pero siento un gran apoyo con la asociación y los grupos de Whatsapp relacionados con ello.
Y sé que venga lo que venga, lucharemos y seguiremos dando visibilidad.
Ana.